Hotel situado en lo alto de una colina con impresionantes vistas de la ciudad, tiene varios pisos sin ascensor, habitación normal, el desayuno pésimo y el servicio lamentable, no había de nada o tenias que esperar más de 40 minutos para un plato con croasant el 2º día el primero ni los vimos, nada de bollería y fruta escasa y mala, tranquilidad pasmosa en reponer, lo único bueno el café para ser de máquina, fiambre solo 3 cosas.